La actitud de las personas hacia el comportamiento de hacer ruido en la calle a menudo esconde dobles estándares.
El rugido de las motocicletas en medio de la noche siempre genera un desagrado generalizado; si se trata de un Lamborghini u otro coche de lujo haciendo ruido, aunque la gente tampoco lo aprecie, la tolerancia será un poco mayor. Tal vez sea por el respaldo de la riqueza: se asume que quienes pueden poseer coches de lujo tienen cierta capacidad, después de todo, acumular riqueza a menudo requiere inteligencia, y es difícil para los tontos lograrlo. Este "filtro de fuerte" en el subconsciente eleva silenciosamente el umbral de tolerancia.
Lo más interesante es que si un hombre conduce un coche de lujo, puede ser visto por algunas mujeres como un "fuerte"; si es una mujer hermosa quien conduce el coche de lujo, casi no habrá desagrado.
A fin de cuentas, todos somos inevitables en la realidad e incluso en lo mundano; al enfrentar el mismo comportamiento provocador, siempre daremos juicios diferentes según el objeto.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
La actitud de las personas hacia el comportamiento de hacer ruido en la calle a menudo esconde dobles estándares.
El rugido de las motocicletas en medio de la noche siempre genera un desagrado generalizado; si se trata de un Lamborghini u otro coche de lujo haciendo ruido, aunque la gente tampoco lo aprecie, la tolerancia será un poco mayor. Tal vez sea por el respaldo de la riqueza: se asume que quienes pueden poseer coches de lujo tienen cierta capacidad, después de todo, acumular riqueza a menudo requiere inteligencia, y es difícil para los tontos lograrlo. Este "filtro de fuerte" en el subconsciente eleva silenciosamente el umbral de tolerancia.
Lo más interesante es que si un hombre conduce un coche de lujo, puede ser visto por algunas mujeres como un "fuerte"; si es una mujer hermosa quien conduce el coche de lujo, casi no habrá desagrado.
A fin de cuentas, todos somos inevitables en la realidad e incluso en lo mundano; al enfrentar el mismo comportamiento provocador, siempre daremos juicios diferentes según el objeto.